Un retrato cuidadoso del clima emocional en la escuela refleja una cultura, un estado de ánimo general y unos valores que dan seguridad y confianza.
Pensar los diferentes escenarios es aceptar, decidir y anticipar las variables que definen la evolución del entorno a lo largo del curso. Algunas variables tienen que ver con la edad, otras con las características del grupo y otras con la personalidad y recursos de los y las profesionales que intervienen. Pero existen criterios universales y específicos que nos permiten prever y ajustar las formas naturales de agrupación, juego y autorregulación, aunque sean diversas y complejas.
Los escenarios educativos son capaces de inhibir o promover distintos procesos en la escuela. De nuestras reflexiones, toma de decisiones e intervención, dependerá que se conviertan en un factor de ayuda en nuestro proyecto de centro.
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